jueves, 6 de junio de 2013

Capitulo 1: Un aullador misterioso











Howgart lee la saga de Harry Potter




Los personajes no son mios, la historia pertenece a Kathitha yo solo tengo el permiso para publicarla

 

Capitulo 1 : Un aullador misterioso









La Profesora Umbrigde caminaba por los pasillos del colegio Hogwart de Magia y Hechicería con una gran sonrisa en su rostro. La semana anterior Albus Dumbledore había escapado de las garras del Ministerio tras haberse declarado culpable de crear un grupo llamado ED, el cual fue formado con el propósito, suponía ella, de atacar a su persona. Ante los acontecimientos tan bochornosos, ella fue nombrada la Suprema Inquisidora del Colegio y nada más le importaba, a excepción del mocoso Potter. Anteriormente le había prohibido las visitas a Hogsmeade por haber dado una entrevista, sin su consentimiento, en la que salía diciendo que quien no debe ser nombrado, había regresado. Sin embargo, ella sabía que todo era un engaño del mocoso para llamar la atención, y deseaba que existiera una manera de demostrar que era un mentiroso, pero ¿cómo lo haría?, ¿lograría su cometido? Esto se lo preguntado una y otra vez en el trascurso de ese día; no obstante, la profesora sabía que de momento no tenía respuesta para sus interrogantes.


Umbrigde seguía deambulando por los pasillos cuando, de la nada, una fuerza la hizo parar. Extrañada y con cierto nerviosismo miró a su alrededor. No vio nada¡Qué extraño! Pensó; sin embargo, siguió andando atenta a cualquier cosa que se le presentase. A los pocos minutos, otra vez, esa fuerza la paró. Más temerosa que nunca, observó los alrededores y, al no ver a nadie, con la voz más fuerte que encontró, habló.


—Quien este caminando por aquí ¡Muéstrese!


No obtuvo respuesta. Con mucho miedo dio un paso. Esta vez la fuerza la paró tan fuerte que no pudo seguir moviéndose.


—Le prevengo, quién sea que me este jugando esta broma, será expulsado inmediatamente del colegio, esta advertido.


Silencio y solo silencio se podía escuchar luego que la profesora pronunciase esas palabras.


—¡Muéstrese cobarde! —gritó con fuerza.


Para su sorpresa, un sobre de color rojo cayó a sus pies. Umbrigde lo reconoció al instante. Se trataba de un aullador. Atemorizada y con cierta curiosidad, lo tomó en sus manos y lo abrió. Una voz madura, fuerte y con autoridad le habló. Ella no supo a quien pertenecía aquella voz.


Dolores Umbrigde:


Sabemos cuáles son sus pensamientos. Quiere demostrar a toda costa que Harry Potter es un mentiroso. Para alegría de todos, disponemos de una serie de libros que contienen los pensamientos del niño que vivió...



En ese momento, siete libros cayeron a sus pies totalmente en blanco. La sorpresa era evidente en el rostro de la profesora.


Las instrucciones son las siguientes:


-Debe ser leído en el gran comedor. Más explicaciones, una vez que estén todos reunidos.


-Llegaran más personas a leer esto y le rogamos NO ECHAR DEL SALÓN A NADIE de lo contrario, se le borrara la memoria.


Atentamente FPW, FWG Y RFW



Le tomó varios minutos reaccionar ante lo que acababa de escuchar. Cuando al fin lo hizo, una sonrisa triunfal se le extendió por el rostro Sí, al fin mis sueños se hacen realidad. Al fin podré demostrar que el mocoso es un mentiroso Canturreó mentalmente y qué más da sí vienen más personas, lo que importa es que todos se enteraran como es ese chiquillo.


Excitada por la expectativa, se dirigió con rapidez a su oficina, acompañada de los libros. Tomó el micrófono mágico y le habló al colegio.


-Se solicita a todo el colegio, tanto a los alumnos como profesores y empleados, dirigirse al comedor ¡Ahora!

Más feliz que nunca, junto a los libros, salió de su oficina rumbo a él. Cuando llego, todo el colegio se encontraba allí. La confusión en sus rostros era evidente. Al caminar a la mesa de profesores todo el mundo la miró con expresión asesina. Ella con elegancia, hizo caso omiso de esas miradas, y con una voz fuerte y clara le habló al colegio.


—¡Buenas tardes!


—¡Buenas tardes, profesora Umbrigde! — saludó todo el salón. Ella sonrió de forma efusiva.


—Hoy me pasó algo realmente insólito— la gente la ignoro—, mientras caminaba por los maravillosos pasillos de este colegio pensando una manera de demostrar lo mentiroso que es Harry Potter…


Tras la declaración, varios soltaron bufidos de indignación, mientras otros la miraban como si la quisiesen matar en ese momento, claro está, con excepción de la casa de Slytherin, quienes ignoraban por completo la situación. Por otro lado, en la mesa de los profesores, la molestia estaba latente en sus rostros.


—No puede estar diciendo esas cosas — dijo Hermione enfadada — .Ella es la mentirosa.


—Lo sabemos — concordó Harry con ira. Se encontraba de brazos cruzados y con una expresión de querer echarle una maldición a la profesora. Ron puso sus manos sobre el hombro de Harry, dándole aliento. Gesto que él agradeció.


Por el comedor, todavía había murmullos, los cuales comenzaron tras la declaración de Umbrigde.


—¡SILENCIO! —gritó. Todo el mundo se calló al instante —. Así me gusta —prosiguió como si no hubiese sucedido el altercado —. Y no van a creer lo que pasó, me cayó un aullador el cual decía que existía una serie de libros con los pensamientos del muchacho.


—¡NO! — exclamó Harry horrorizado. Su grito se escuchó por todo el comedor, provocando que todo el mundo girase las cabezas en su dirección.


—Calma— Ron intentó tranquilizar a Harry, a quien le temblaba el cuerpo—. No puede ser tan malo.


—¿Qué no puede ser malo? — gruñó Harry—. Claro que lo es, ya que hablamos de mi vida, mi privacidad y mis pensamientos— concluyó, mirando con ira en dirección a Umbrigde. Ni Ron ni Hermione quisieron decir algo. Ambos podía entender la furia de su amigo.


—Harry — le llamó Hermione intentando serenarlo. Se notaba que estaba enfadada y horrorizada por lo que acababa de escuchar —.Piensa un poco, con esto se demostrara que siempre has dicho la verdad.


Harry se quedó callado, pensando en lo que su amiga le había dicho. Una luz de esperanza se encendió en su corazón.


En la mesa de los profesores, Minerva Macgonagall estaba absolutamente enojada.


—Esto es ilegal, son sus pensamientos, además el Sr Potter dice la verdad.


—Es cierto— corroboraron sus colegas.


—¡EJEM! —exclamó Umbrigde, haciendo que todos volviesen a prestarle atención—. Todos deberán leer.


Los Slytherin la miraron con horror. Ellos no querían leer nada con referente a San Potter.


—No leeré nada que tenga que ver con Potter— declaró Malfoy. Muchos de sus compañeros de casa asintieron de acuerdo con él.


—Sin excepciones — añadió Umbrigde. A los Slytherin se le cayó la mandíbula de frustración —. Este libro— prosiguió satisfecha —, demostrará que tengo y siempre he tenido la razón.


Muchos negaron con la cabeza, otros bufaron frustrados y los Slytherin se resignaron. Entonces, para sorpresa de todos, un sobre rojo cayó al suelo.


Querido Hogwart:


Muchos ahogaron un grito.


Sabemos que deben estar sorprendidos y enfadados con lo que Dolores Umbrigde ha dicho…
— Exacto—exclamaron todos al mismo tiempo.


Pero le aseguramos que ella dice la verdad. En su poder se halla una serie de siete libros con la vida y pensamientos de Harry Potter, que retratan sus siete años en el colegio…


Harry miró horrorizado. Una cosa era que lo dijera Umbrigde y otra muy distinta era que lo sentenciaran.


Sin embargo, antes de dar las instrucciones, una serie de personas entraran al comedor…


Por arte de magia, las puertas del gran comedor se abrieron. Por ella, con asombro, vieron aparecer a Arthur y Molly Weasley, seguido de Billy, Charlie y Percy.


Ron, Ginny, Fred y George ahogaron un grito por la aparición de su familia.


Luego a Dumbledore, quién se veía feliz.


—¡Es Dumbledore!


—¡Ha vuelto!


Resonó por el comedor, mientras algunos aplaudían y otros vitoreaban. Harry pudo ver con gran satisfacción, la cara de Umbrigde descomponerse por el asombro.


Acuérdate de la advertencia se dijo mentalmente la profesora. Se calmo casi al instante.


Después, a Cornelius Fugde.


—¿Qué hace él aquí? — se escuchó de algún rincón del comedor.


Harry lo miró confundido y enrabiado ¿Qué tenía que hacer aquí? Se preguntó mentalmente, mientras, para alegría de él, Ron y Hermione, hacia ingresó Kinsgsley, Ojoloco, Tonks, Remus Lupin y Sirius Black.


Muchos ahogaron en un grito.


—¡Es Sirius Black! — se escuchó fuerte y claro por todo el comedor.


—Se callan todos. Él es inocente — dijo Harry enojado. Quienes lo pudieron escuchar lo miraron confundidos. Los que no escucharon, seguían murmurando en voz baja, con miedo.


Dolores Umbrigde estaba echando humos, quería apresarlo y no podía por la advertencia. Gemía de frustración.


Seguido de los cinco, venía una persona que no habían visto.


—¡Es Horace! —exclamaron los profesores. Los alumnos miraron sorprendidos sin saber qué hacer o decir ante Horace.


Los ingresados se veían, en su mayoría, desconcertados. Esperaban explicaciones. Para alivió de ellos, el aullador, volvió a hablar.


Una vez que se encuentran todos los que deben comenzáramos con la explicación. Si tienen la amabilidad de sentarse los recién ingresados, será más fácil para todos.

Los aludidos se dispusieron a tomar asiento. Como era de esperar, los Weasley junto con tonks, Lupin y Sirius Black se dirigieron a la mesa de Gyffindor.


—¿Qué rayos hacen aquí? — preguntó Ron, cuando llegaron hacia donde ellos.


—Ronald Weasley, cuida tu lenguaje — le regañó la señora Weasley. Ron se encogió de hombros atemorizado —, y respondiendo a tu pregunta, una carta llego a nuestra casa.


La señora Weasley siguió hablando con sus hijos, mientras Sirius y Remus se acercaban a Harry. Éste se abalanzo a los brazos de su padrino.


—Me alegro que estés aquí, Sirius, te he extrañado.


—Yo también cachorro— sonrió Sirius—. Lo que no entiendo es porque el ministro No me detiene.


Harry se encogió de hombros.


—Seguro lo averiguaremos — aseguró Lupin.


Tanto Dumbledore, como los demás ingresados, incluyendo Percy, quien hizo como si su familia no existiese, tomaron asiento en la mesa de profesores.


Muy bien, antes de dar las instrucciones deben saber que en nuestro tiempo…sí del futuro…
Muchos abrieron sus ojos de incredulidad.


Todo es feliz, ya que no existe Lord Voldemort…

Esta vez todo el mundo profirió un grito de asombro. No podían creer que no existiese quien no debe nombrarse.


Y se preguntaran porque tienen que leer este libro. Pues aunque el mundo mágico se libro de Voldemort, fueron muchas las vidas que se perdieron, muchas familias quedaron destrozadas por la guerra…

—¡Es mentira! —exclamó Umbrigde con horror. A su lado Fugde miraba el aullador rezando que no fuese verdad lo que decía —No es cierto, no existió tal guerra.


Todos rodearon sus ojos.


Por eso hemos decidido enviarles esta serie para que ustedes puedan cambiar lo que está punto de venir. Lo dejamos en sus manos.
Tanto los alumnos como profesores miraron asustados al aullador ¿Será verdad lo que decía? ¿Tenían el poder de cambiar el futuro? De momento no tenían respuesta.


Proseguiré dando las instrucciones:


Como ya he mencionado, una serie de libros con los pensamientos de Harry Potter se leerá. Desde ya le pedimos NO JUZGAR A NADIE ANTES QUE SE TERMINE LA SERIE, NI MALDECIR O ECHAR MALEFICIOS A NADIE, DE LO CONTRARIO SE LE BORRARA LA MEMORIA.


Varios asintieron con la cabeza, mientras otros miraron atemorizados el aullador.


También le informamos que el tiempo se ha detenido en el mundo real, no pregunten cómo, es magia.
-—¡Cool! — dijeron los gemelos a la vez. Varios alumnos asintieron con la cabeza, de acuerdo con ellos.


Se quedaran aquí hasta que la serie se haya terminado. Se le proporcionaran camas y los elfos le traerán las comidas como si nadaestuviera pasando. Alfinalizar la serie, se deberán tomar muchas decisiones y recuerden que el futuro está en sus manos.
Cuando el aullador dejo de hablar, estalló. Se miraron unos a otros con temor, mientras esperaban a que alguien hablase.


—Sí no hay más remedio, tendremos que leer —habló, con voz potente, el director —. Leerán solo los profesores del colegio.


Los aludidos asintieron con la cabeza. Para sorpresa de los alumnos y profesores, uno de los libros voló por los aires hasta aterrizar en las manos de Dumbledore. El director abrió el libro y leyó.


—Harry Potter y la piedra filosofal.

—¡Maravilloso! —exclamaron sarcásticamente Harry, Ron y Hermione, provocando que muchos giraran sus cabezas en su dirección. Ahora todo el mundo sabría de sus aventuras. Los tres gimieron.


—Capítulo uno: El niño que vivió.
—Qué comience la diversión— suspiró resignado Harry.






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